Nos ilusionan siempre los proyectos en los que se nos plantea la posibilidad de incorporar nuevos recursos que les den carácter.
En este caso, los propietarios quieren traer algún recuerdo de inspiración oriental a su nueva casa, sin mimetizar. El negro, el blanco y el roble, para dar calidez, son los colores escogidos para definir los volúmenes de la vivienda que configuran los espacios.
Nos dieron una serie de premisas para adaptar la distribución de la vivienda a sus necesidades, en la que debíamos ubicar dos habitaciones para niños con un baño compartido, una habitación principal con baño en suite, un estudio que pudiera utilizarse como habitación eventual y un baño de cortesía vinculado a él y a las visitas. El resto de la vivienda se pretende lo más abierto posible.
La parte más emocional del programa es la que da el alma al proyecto.
Quieren que los hermanos tengan, en un principio, una habitación compartida y una zona de juegos y que en un futuro disfruten de habitaciones diferenciadas, amplias, comunicadas entre sí. Piden que incluyamos un muro de pizarra para que expresen toda su creatividad. Esto es lo que provoca el potente volumen negro que aúna los baños más privativos y se convierte en un gran mural para dibujar con libertad.
Para conseguir que los espacios tengan fluidez en su forma de comunicarse y sean lo más abiertos posible, la cocina tiene doble acceso, desde el hall y desde el salón, y se separa de él con unas mamparas de vidrio transparente de suelo a techo.
El baño de cortesía se convierte en el protagonista indiscutible de la vivienda. Se deja como un volumen exento alrededor del cual se puede circular, que separa la cocina y el hall del estudio. Se reviste de un panel alistonado con tiras de roble sobre fondo negro que oculta todas las puertas de paso, armarios y correderas. Cuando las correderas están abiertas y las puertas abatibles están cerradas, el volumen es compacto y funciona como un elemento decorativo que es visible desde el extremo opuesto de la vivienda. Este panelado es el que pretende evocar, con una geometría mucho más simplificada, las celosías orientales realizadas con madera . Lo iluminamos en todo su perímetro, desde el pavimento y desde el falso techo, convirtiéndose, además, en una lámpara de luz decorativa.